Reconocemos la responsabilidad crucial que tenemos en la gestión y protección de los entornos en los que operamos. El desarrollo de recursos energéticos, en particular el petróleo y el gas, plantea desafíos ambientales significativos. Por ello, estamos comprometidos en desempeñar nuestras actividades de forma sostenible, reduciendo sus posibles impactos negativos y promoviendo un enfoque equilibrado entre el crecimiento económico y la protección del ambiente.
Nuestros lineamientos ambientales están expresados en las Políticas de Gestión Integrada de la Calidad, Ambiente, Seguridad de Procesos, Seguridad y Salud en el Trabajo, así como la Política de Gestión de Biodiversidad las cuales se basan en los principios de uso eficiente de la energía y otros recursos naturales, y de estrategias para combatir el Cambio Climático; buscamos no solo cumplir con las normativas vigentes, sino también los compromisos voluntariamente suscritos en materia ambiental.
En el 2023 realizamos el Primer Informe del Grupo de Trabajo Sobre la Divulgación Financiera Relacionada con el Clima (TCFD)[1], el cual analiza y evalúa los riesgos financieros relacionados con el cambio climático en el mediano y largo plazo.
Este análisis se realizó con el apoyo de Sustainable1, que forma parte de S&P Global, y es líder en información y análisis sobre sostenibilidad y desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG) de empresas, el mismo que ha sido fortalecido también con recomendaciones de otros estándares internacionales relacionados y que han sido aplicadas por compañías del sector de alcance global.
En este contexto, identificamos los riesgos significativos relacionados al clima en nuestras operaciones, cuyas causas se tipifican —de forma general— como condiciones climatológicas desfavorables (fuertes vientos, corrientes marinas, oleajes anómalos, lluvias intensas, entre otros). A nivel de procesos, hemos incorporado estos riesgos climatológicos en nuestras evaluaciones, con especial atención a su impacto en nuestras operaciones de refinación.
Como resultado, se identificó que el riesgo político incluye la posibilidad de un aumento en el precio del carbono, lo cual podría generar gastos adicionales y afectar negativamente los márgenes de la empresa. El citado informe evalúa este riesgo tomando en cuenta una prima asociada al precio del carbono, considerando el sector y la geografía de la empresa. La evaluación concluye que el riesgo político es bajo, dadas nuestras actuales emisiones de GEI.
En cuanto al riesgo de mercado, el análisis toma en cuentala exposición sectorial y los perfiles de emisiones a nivel nacional, lo que ayuda a estimar el riesgo del precio del carbono para proveedores y clientes. Esto sugiere una alta probabilidad de incremento en los costos a lo largo de nuestra cadena de suministro, con un riesgo elevado de aumento en el costo de las materias primas y un riesgo moderado de trasladar estos costos a los clientes para el año 2030.
Finalmente, se identifican tres principales riesgos físicos para nuestra empresa en 2030: temperaturas extremas, inundaciones pluviales y fluviales, todos considerados de riesgo bajo. El análisis de estos riesgos incluye factores como costos de personal, de sistemas de refrigeración, limpieza y reparación, interrupción de actividades y pérdidas de productividad.
[1] TCFD por sus siglas en inglés, Task Force on Climate-Related Financial Disclosures.